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Las empresas del proyecto 'La Alimentación no tiene desperdicio' de AECOC han reducido en un 70% el desperdicio alimentario en los últimos diez años

AECOC, la Asociación empresarial que reúne a la industria y la  distribución de diferentes sectores empresariales, ha participado en la jornada “Restauración  sostenible: la comida no se tira” organizada por Sodexo. La mesa redonda, moderada por Nuria  de Pedraza, Directora de Comunicación y Relaciones Institucionales de la Asociación, ha servido  para repasar los avances de un marco regulatorio que permitirá una reducción efectiva del  desperdicio alimentario, las medidas llevadas a cabo por las principales empresas del sector y  los retos para atajar esta problemática que afecta a toda la cadena de valor agroalimentaria. 

La jornada ha sido inaugurada por Carina Cabezas, directora general de Sodexo en España, quien  ha recordado que “Según datos del Índice de desperdicio de alimentos de 2021 del Programa de  las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), se estima que el desperdicio alcanza los  931 millones de toneladas al año (el 17% del total de alimentos disponibles para los  consumidores), en un contexto en el que 811 millones de personas (una décima parte de la  población) padece hambre. Estos datos nos obligan a actuar y dedicar esfuerzos para reducir el  desperdicio. Por este motivo, en Sodexo estamos absolutamente comprometidos con nuestra  labor para aportar valor a nuestros consumidores y poner en valor la comida, un bien muy  preciado que tenemos que usar con sentido y haciendo pedagogía para que las nuevas  generaciones la traten con respeto.”

Posteriormente, Nuria de Pedraza, directora de Comunicación y relaciones Institucionales de  AECOC, ha detallado las líneas estratégicas y las acciones llevadas a cabo por el Comité AECOC  contra el desperdicio alimentario: “Desde AECOC, en 2012 lanzamos un proyecto pionero en  Europa llamado “La Alimentación no tiene desperdicio”, una campaña que tiene como objetivo  agrupar empresas para trabajar juntos en la búsqueda de soluciones que permitan prevenir y  reducir el desperdicio de alimentos. La iniciativa dio sus primeros pasos en un contexto en que  la sensibilización y el compromiso no era el que existe hoy en día. Sin embargo, la labor de las  empresas en la última década, basada en tres líneas estratégicas (prevención, redistribución o  revalorización de los excedentes y sensibilización- ha permitido a las empresas de la gran  distribución que participan en el proyecto reducir de un 1,78% a un 0,66%, en la última década,  su porcentaje de desperdicio sobre el total comercializado.  

Por su parte, Alfred Vara, Cap del Departament de Prevenció i Eficiència dels Recursos de la  Agència de Residus de Catalunya, ha destacado los avances normativos en materia de regulación  de desperdicio alimentario impulsados por las administraciones públicas: “El despilfarro  alimentario es un problema que en los últimos años ha adquirido mucha relevancia, tanto en el  ámbito político como en el social. Se ha incrementado la conciencia sobre el hecho de que hay  que luchar contra las pérdidas y el despilfarro de alimentos que se generan a lo largo de la  cadena alimentaria. Por este motivo, en 2011 hicimos una primera cuantificación sobre el  desperdicio alimentario al final de la cadena alimentaria. Más tarde entramos en contacto con  la iniciativa de AECOC y, posteriormente, se trabajó en una regulación, la “Ley de prevención de  las pérdidas y el despilfarro alimentario” que fue aprobada por el Parlament de Catalunya en  2020”. Con esta ley, aprobada por unanimidad, se pretende que las empresas reduzcan su  desperdicio de forma natural y asuman la responsabilidad que tienen en la cadena de valor.” 

Posteriormente, Mónica Sánchez, Responsable del dpto. de Prevención de Riesgos Laborales y  Medioambiente de Boehringer Ingelheim, ha apuntado que el desperdicio alimentario, pese a  no formar parte del ‘core business’ de la compañía, juega un papel muy relevante en la  consecución de sus objetivos sostenibles: “En Boehringer, nuestra estrategia está basada en la  descarbonización, con el objetivo de hacer neutras nuestras actividades, y en la gestión del agua,  un bien muy preciado para nuestra empresa. Sin embargo, a través de los datos recopilados  sobre el desperdicio alimentario, empezamos a ver qué podíamos hacer en este ámbito, que  tiene una relación directa con la reducción de la huella de carbono. De este modo, nos fijamos  en las bandejas de nuestra cantina y nos preguntamos cómo podía ser que tanta gente  desperdiciara comida. Así surgieron varias campañas para concienciar a nuestros trabajadores  y, al ver su éxito, diseñamos alianzas estratégicas con asociaciones como Espigoladors para  concienciar también a nuestros clientes.” 

Daniel Lois, director de RSC y Sostenibilidad de Sodexo, ha incidido en la complejidad y  profundidad de la cadena de valor de la industria alimentaria y en los retos asociados a contar  con tantos actores en el sector: “Debido a las características de la industria alimentaria, en algún  momento nos hemos perdido en el camino y tenemos el deber de volvernos a encontrar. Por  este motivo, desde Sodexo hemos reconocido que tenemos que mejorar, que existe una  problemática, y que Sodexo sola no puede solucionarlo. Con este problema del desperdicio,  hemos logrado empezar a planificar con más antelación y repensar el modelo de restauración 

que existe actualmente. Si queremos cambiar las cosas, también se requiere un sacrificio. Por lo  tanto, tenemos claro que debemos seguir siendo honestos y transparentes con nuestra cadena  de valor, con nuestros proveedores y con los clientes para llegar al desperdicio cero.” 

Finalmente, Eva Luque, directora general de Hestia Alliance, ha puesto sobre la mesa la  importancia de la colaboración entre empresas para lograr la consolidación de los objetivos  comunes: “En Hestia Alliance, contamos con la ayuda de Sodexo. Nuestra alianza con ellos  permite que la gestión de las comidas de nuestros pacientes tenga éxito y se muestre respetuosa  con el desperdicio alimentario. A nivel global, la reducción de los residuos alimentarios requiere  de una colaboración y una solidaridad para concienciar a todas las personas que forman parte  de la cadena de valor del sector alimentario. De este modo, como las comidas que servimos ya  no pueden ser aprovechadas y se tiene que retirar, nuestra acción tiene que ser previa para no  generar el exceso de comida que conduce al desperdicio y asegurar una dinámica respetuosa.” 

Gracias a la celebración de esta jornada, los principales actores de la cadena agroalimentaria y  el sector HORECA han podido conocer los últimos avances en materia de reducción del  desperdicio alimentario y construir sinergias para alcanzar los objetivos que marca tanto el  marco regulatorio como la Agenda 2030.