Conselleria de Agricultura anuncia una línea de ayudas dirigida a los agricultores con explotaciones dañadas por la fauna salvaje
El conseller de Agricultura, Ganadería y Pesca, José Luis Aguirre, ha anunciado una línea de ayudas destinada a los agricultores cuyas explotaciones se hayan visto dañadas por la acción de la fauna salvaje. Así se ha expresado el conseller tras visitar junto al presidente de AVA-Asaja, Cristóbal Aguado, un campo de naranjos propiedad de un agricultor, gravemente dañado por jabalíes en la localidad de Picassent (Horta Sud).
Durante la visita, José Luis Aguirre ha manifestado su apoyo hacia los agricultores que sufren daños por fauna en sus explotaciones y ha señalado “la sobrepoblación de animales salvajes, como es el caso de los jabalíes, los corzos, los conejos y los flamencos, como uno de los grandes problemas que tiene la agricultura valenciana, puesto que provocan pérdidas de muchos miles de euros a los agricultores y que incluso provoca la desesperación”.
Además, Aguirre ha añadido que “determinadas medidas como los ecorregímenes que se demanda a los agricultores para mantener los campos con una cubierta verde son beneficiosas, pero atraen a estas plagas de animales salvajes que acaban buscando el agua, los goteros y arrancando las raíces”. Asimismo, el conseller ha apuntado a los campos abandonados como un foco de atracción de la fauna salvaje.
En el transcurso de la visita, José Luis Aguirre también ha criticado “la falta de gestión por parte de la anterior administración del Consell”. No obstante, ha asegurado que “el Consell actual va a estar al lado de los agricultores, las consellerias de Agricultura y Medio Ambiente vamos a trabajar conjuntamente en la búsqueda de soluciones, en colaboración con la Federación Valenciana de Municipios y Provincias y las organizaciones afectadas, para estudiar estos problemas y poder revertir la situación”.
La proliferación de fauna salvaje en los cultivos provoca diferentes daños. En el caso de los jabalíes, hacen agujeros que dejan las raíces de los árboles al descubierto y ocasionan su muerte, rompen gomas de goteo, desniveles que pueden causar accidentes de tractor o personas trabajadoras. En el de los conejos, se comen los brotes y las propias plantas y los pastos del ganado, entre otros daños. Los flamencos afectan a las cosechas de arroz.
Tras la visita, el presidente de AVA-ASAJA, Cristóbal Aguado, ha valorado el compromiso anunciado por Aguirre de reunir a todas las partes implicadas, junto a la Conselleria de Medio Ambiente y la Federación Valenciana de Municipios y Provincias (FVMP), a fin de estudiar medidas que permitan tanto reducir el exceso de fauna silvestre como ayudar a los agricultores afectados.
Aguado asegura que “los daños aumentan año tras año, se extienden a toda la agricultura de la Comunitat Valenciana y en este 2023 superaremos con creces los 40 millones de euros de pérdidas de 2022. Además de incentivar la caza, la Administración ha de buscar más soluciones prácticas apoyadas en la política y los centros de investigación”.
El conseller de Agricultura lamenta “que hemos llegado a esta plaga por una mala gestión y una dejadez del anterior Consell. Este gobierno va a estar al lado de los agricultores. Vamos a escuchar a las organizaciones agrarias para estudiar las posibles soluciones. Es evidente que hay que tomar cartas en el asunto y controlar el exceso de población, que se está multiplicando a una velocidad desesperada”.
El propietario del huerto, Daniel Delgado, indica que “el campo está vallado pero aún así los jabalíes continuamente entran y causan destrozos que ya son imposibles de arreglar. He decidido que voy a dejar de seguir gastando dinero y perdiendo tiempo en estos agujeros que dejan las raíces de los naranjos al descubierto y ocasionan la muerte del arbolado, rompen gomas de goteo, ocasionan desniveles que pueden causar accidentes de tractor o personas trabajadoras, etc.”
Por su parte, el delegado de AVA-Picassent, Paco Laza, recuerda que “al menos el 70% del término municipal está afectado por los jabalíes. Se trata de un problema muy grave, que nos encontramos prácticamente todos los días, y ante el cual urgen menos limitaciones a la caza y ayudas directas a los agricultores para costear los gastos y compensar los daños sufridos”.
