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El año hidrológico en la Comunitat Valenciana será el más seco de los últimos cinco

A falta de diez días para concluir el año hidrológico 2022-2023, éste está teniendo un carácter seco, aunque próximo a la normalidad, en la Comunitat Valenciana. La precipitación media hasta el 18 de septiembre es de 460.6 l/m2, cuando lo normal en el año hidrológico completo es de 499.7 l/m2, lo que supone un déficit del 8 %. Bastaría que en estos próximos diez días se acumulasen en promedio del territorio 8 l/m2, para que el carácter pluviométrico fuese normal y el déficit se redujese al 6 %. Ha sido el año hidrológico más seco de los últimos cinco, ya que los cuatro anteriores tuvieron un carácter húmedo o muy húmedo.

Lo más característico del año hidrológico ha sido la irregularidad, con un régimen de precipitaciones alterado en el que ha habido tres largos periodos de varias semanas e incluso meses sin lluvia, otros cortos periodos con precipitaciones torrenciales, y el único periodo largo de lluvias que se presentó muy tardío, entre mitad de mayo y el 3 de julio.

Hasta mitad de mayo sólo había habido dos temporales de lluvia más o menos generalizados, el que se registró los días 11 y 12 de noviembre, con lluvias torrenciales en zonas del norte de Valencia y de la provincia de Castellón, y las precipitaciones que se acumularon bajo la influencia de la borrasca Isaack los días 7 y 8 de febrero, que fue el único temporal de nieve del año, con nevadas en el interior norte de Castellón y espesores de entre 15 y 20 cm en la comarca de Els Ports y zonas altas de comarcas cercanas.

Entre esos dos breves temporales hubo largos periodos sin apenas precipitaciones; el primero transcurrió entre mitad de diciembre y el 6 de febrero, interrumpido por el breve temporal invernal del 7 y 8 de febrero y, a continuación, 90 días que transcurrieron entre el 10 de febrero y el 10 de mayo en los que apenas llovió, de forma que al principio del mes de mayo estábamos hablando de un acusado déficit pluviométrico. El cuatrimestre enero-abril tuvo un déficit medio de precipitación del 74 % y los meses de marzo y abril fueron extremadamente secos, los más secos de sus respectivas series desde, al menos, 1950.

La situación cambió a partir de mitad de mayo, que fue el mes de mayo más húmedo de los últimos 15 años y el más húmedo del actual año hidrológico. Las lluvias de mayo y junio fueron abundantes, sobre todo en el interior, y continuaron hasta el 3 de julio. Nuevamente, tras las tormentas del 3 de julio, se produjo otro largo periodo sin apenas lluvias entre el 4 de julio y el 25 de agosto, aunque este periodo de sequía hay que considerarlo más normal que el que se produjo en invierno y gran parte de la primavera. Septiembre también está teniendo superávit pluviométrico y el mes está siendo húmedo, aunque las precipitaciones de septiembre están siendo de corta duración, con fenómenos meteorológicos muy adversos, como reventones húmedos que están provocando rachas muy fuertes de viento, violentas granizadas y lluvias torrenciales muy focalizadas en zonas reducidas del territorio.

Con las lluvias que se han producido a partir del 11 de mayo, el déficit pluviométrico del año hidrológico que estaba en más del 40 % se ha reducido al 8 %. A falta de 10 días para finalizar el año hidrológico, dos terceras partes del territorio presentan déficit pluviométrico. La zona de mayor déficit se encuentra en comarcas del interior y norte de Valencia y del interior y sur de Castellón, con un déficit superior al 25 %.