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Una encuesta durante el confinamiento estricto revela que los consumidores buscaban alimentos saludables y que mejoraran su estado de ánimo

Investigadoras del Instituto de Agroquímica y Tecnología de Alimentos (IATA), centro de investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), en colaboración con la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), han realizado un estudio sobre la búsqueda en internet y en la plataforma YouTube durante los meses de enero y abril de 2020, con el objetivo de conocer cuáles han sido las tendencias durante este tiempo. Asimismo, han evaluado lo que la gente compartía en Twitter respecto a la COVID-19 y a la comida entre los meses de marzo y abril. Y han realizado una encuesta a los consumidores para conocer los motivos y cambios en la compra de alimentos durante el confinamiento estricto.

“Con este estudio se ha podido saber que en el inicio de la crisis sanitaria se buscaba información acerca de la COVID-19 y cómo la enfermedad podía progresar y propagarse. Tras la declaración oficial de la pandemia, comenzaron las búsquedas en relación con alimentos y compras de almacenamiento”, comenta Laura Laguna, investigadora del IATA. En Twitter, entre marzo y abril, también se muestra una evolución, desde las preocupaciones por comprar y almacenar alimentos hasta la sensación de incertidumbre por la crisis que se avecinaba.

Además, durante la fase de confinamiento estricto en España (del 30 de marzo al 14 de abril) se hicieron encuestas online a 362 consumidores y se pudo saber que los motivos por lo que se compraban más algunos productos que otros eran la salud, como verduras y pastas, y la mejora del estado de ánimo, como nueces, queso y chocolates. Sin embargo, entre los productos que se compraron menos se aprecian el pescado y marisco porque tienen una vida útil muy corta y también aquellos que se perciben como poco saludables o contribuyen a un bajo estado de ánimo, como es el caso de los productos de bollería azucarados o los postres.

“También hemos visto que, a pesar de que la gente confíe en la información de los científicos como fuente fiable, cuando busca contenidos y vídeos en Internet, no somos los más populares”, aclara Laguna. Esto es algo que demuestra que se deben hacer esfuerzos para diseñar canales de comunicación de información más efectivos con el fin de evitar que la población caiga en el engaño o la desinformación.

Revolución en las comunicaciones

Internet y las redes sociales han revolucionado el mundo de las comunicaciones desde su aparición a todos los niveles, desde lo personal y social hasta lo profesional, y actualmente sirven como una herramienta potencial para el análisis de las inquietudes y opiniones de la sociedad. Desde el inicio de la actual crisis sanitaria a nivel mundial, en mayor o menor medida, todo el mundo se ha informado sobre la COVID-19 y se ha visto obligado a cambiar el ritmo de vida; por ello, con este tipo de investigaciones se pretende comprender la evolución de la información buscada sobre la COVID-19 y cuáles han sido los cambios en los hábitos de compra para entender mejor cuáles son las necesidades de la ciudadanía.