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Conselleria repara el tramo dañado del barranco dels Molins en la Font de la Figuera

La conselleria de Agricultura ha restituido y reparado el tramo del minado del barranco dels Molins de la Font de la Figuera, aterrado por las lluvias torrenciales de finales de 2016 y que ha supuesto una inversión de 581.881,10 euros. 

La consellera Elena Cebrián, acompañada por el alcalde de la localidad de la Costera, Vicent Muñoz, ha asistido al restablecimiento del agua de la Font de Baix, lavadero y balsa de riego. El minado que hay bajo el barranco dels Molins traía el agua a la balsa de riego de la Comunitat de Regants; y también a la Font de Baix, que simboliza el nacimiento del pueblo hace 704 años, y al Lavadero, dos espacios naturales de interés turístico. 

Acompañada por los directores general de Agricultura, Roger Llanes, y Desarrollo Rural, Maite Chàfer, Cebrián ha destacado la importancia de la restauración de este servicio público para la población. "El agua es un bien colectivo que tenemos que cuidar y disfrutar. Es un elemento básico para nuestra economía y, en particular, para la agricultura". 

En este contexto, la consellera se ha referido al consumo responsable del agua con la mirada puesta en el futuro. Elena Cebrián ha subrayado la importancia dada a la eficiencia en la canalización para evitar pérdidas y el hecho de que la infraestructura esté preparada para dar seguridad a los vecinos ante contingencias futuras y puedan utilizarla de forma eficiente. 

Esta actuación se enmarca en las obras de reparación de los daños producidos sobre infraestructuras agrarias de regadíos afectadas por las lluvias de noviembre y diciembre de 2016 en 19 municipios de la provincia de Valencia y que provocaron el colapso del minado de la Font de la Figuera, que discurre por el Barranco dels Molins. 

Las obras han consistido en la realización de una perforación horizontal de 152 metros de longitud con tubo de acero de 1.500 milímetros de diámetro para reponer el tramo afectado y dejar entubado lo minado, que transcurre entre 6,30 metros y 9,70 metros de profundidad. Los trabajos fueron declarados de emergencia en junio del pasado año y encomendados a la empresa pública Tragsa.