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Más de 100 localidades se suman a la nueva protesta citrícola por toda la Comunitat

Más de 100 localidades en doce comarcas de la Comunitat Valenciana se han sumado a una nueva protesta por la crisis citrícola que se han llevado a cabo convocadas una vez más por la Plataforma per la Dignitat del Llaurador. Las más numerosas tuvieron lugar en Nules (Plana Baixa) y Sueca (Ribera Baixa).

Las calles de doce poblaciones con raigambre citrícola fueron de nuevo un clamor para reclamar medidas a las Administraciones con las que paliar el desastre que viven en esta campaña los productores de cítricos. Benicarló (Baix Maestrat), Sagunt (Camp de Morvedre), Massamagrell (Horta Nord), Benifaió (Ribera Alta), Llutxent (Vall d'Albaida), Xàtiva (La Costera), Oliva (Safor-Valldigna), Pego (Marina Alta) y Almoradí (Vega Baja) se unieron a las dos ya mencionadas. La movilización forma parte del calendario de acciones iniciado el 18 de diciembre y el 21 de enero.

La plataforma reivindicativa consta de diez puntos: 

Primero.- Ayudas directas para los pequeños citricultores que se han visto afectados negativamente esta campaña y que hayan tenido pérdidas.

Segundo.- Revisión y renegociación de todos los acuerdos firmados por la Unión Europea con países terceros en aquello que afecta a las concesiones favorables a las importaciones de cítricos, elaborando un estudio socioeconómico de cómo afectan estos acuerdos al sector citrícola europeo. Mientras tanto, exigimos la aplicación de la cláusula de salvaguardia por la incidencia negativa del incremento de las importaciones de cítricos de terceros países en la producción europea.

Tercero.- Garantía absoluta para la salud de los consumidores europeos en relación a los cítricos importados de países terceros.

Cuarto.- Etiquetados claros para los consumidores europeos en los productos importados de países terceros en los que se informe al consumidor de los productos prohibidos en la Unión Europea con los que estén tratados.

Quinto.- Garantía absoluta medioambiental, implementando máximas cautelas y controles a las producciones citrícolas importadas de países terceros, con un registro común de inspección fitosanitaria unificada e independiente para todos los puntos de entrada de cítricos en la Unión Europea y por otra el establecimiento de inspectores de la Unión Europea en los puntos de origen de los cítricos importados para evitar la salida de producciones infestadas de plagas y enfermedades.

Sexto.- En los países terceros con los que se realizan acuerdos pedimos una reciprocidad con las mismas exigencias que tienen las producciones de la Unión Europea, tanto desde el punto de vista del uso de productos fitosanitarios como de requisitos  de seguridad alimentaria de los consumidores y obligaciones laborales, medioambientales y protocolos comerciales.

Séptimo.- Obligación del tratamiento en frío para todas aquellas importaciones que se producen de países terceros y que tienen declaradas plagas y dolencias de cuarentena.

Octavo.- Cumplimiento de las normas establecidas en la Ley 12/2013, de 2 de agosto, de medidas para mejorar el funcionamiento de la cadena alimentaria, garantizando los derechos de los productores agrarios ante la distribución e impulsar una normativa comunitaria que regule el buen funcionamiento de la cadena alimentaria a nivel europeo y que contemple la prohibición de la venta a pérdidas de los productos agrarios.

Noveno. Establecimiento de medidas de control e inspección por parte de las autoridades españolas y europeas del correcto etiquetado de los cítricos en los comercios, para evitar fraude al consumidor.

Décimo: Finalmente, y dado que no se cumplen ninguno de estas condiciones imprescindibles para que los acuerdos económicos con terceros países no afecten económica, social y medioambientalmente a nuestro territorio, exigimos que el Gobierno español y la Unión Europea adopten:

  • El establecimiento y adopción de medidas compensatorias para los productores citrícolas españoles y valencianos.
  • La suspensión de las importaciones procedentes de países terceros hasta la revisión de los acuerdos comerciales y hasta que no se haga un estudio de cómo afectan a las producciones europeas y no se garanticen unas relaciones comerciales equitativas y con garantía absoluta de la sanidad vegetales de los cultivos europeos.