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Un estudio de Cajamar alerta que los males de la naranja obedecen también a factores estructurales como su falta de promoción y menor diversificación varietal

Un estudio de Cajamar sobre el análisis de la campaña de cítricos señala que no solo las importaciones han provocado los problemas actuales de precios en la naranja, sino que existen otro tipo de factores estructurales como la falta de organización, de promoción y una inferior diversificación varietal respecto a otras frutas.

En el estudio, firmado por los analistas de mercado de la Plataforma Tierra de Cajamar (Ana Cabrera y Tomás Agüera) se indica que el incremento de las compras de naranjas a países como Sudáfrica cuando empieza la producción española son relativamente modestas. Entre agosto y noviembre de 2021 supuso la entrada de 339.500,9 t, cifra inferior a 2020 y, aunque es verdad que ha sido muy superior durante octubre, con un incremento de 40 mil toneladas, esta cantidad por si sola no puede explicar la fuerte caída de los precios en origen de la naranja española y que además haya habido campos sin cosechar. 

Hay que recordar que el precio de la naranja venía ya mostrando un comportamiento negativo durante muchos años y solo se recuperó con el estallido de la pandemia de la Covid-19, en marzo de 2020. Esa mejora se vio favorecida porque se recuperó la asociación a propiedades saludables del consumo de cítricos. Es decir, un aumento de la demanda mejoró considerablemente los precios de los mercados. Parece que en este inicio de campaña 2021-2022 se ha perdido parte de esa imagen positiva. Probablemente porque ahora los ciudadanos confían más en la vacuna que en las naranjas.

El estudio incide en que tradicionalmente, la naranja era la fruta por excelencia del otoño y el invierno. Sin embargo, cada vez hay más productos sustitutivos que compiten por los mismos consumidores. La otra fruta tradicional de los meses más fríos, como es la manzana, ha sido capaz de reinventarse con una gran diversidad de variedades con colores y texturas diferentes. Y con una potente labor de comunicación realizadas por determinadas empresas. Actualmente, en cualquier supermercado de cualquier país europeo es mucho más amplia y diversa la parte del lineal dedicada a fruta de pepita que a cítricos.

La globalización de los intercambios está permitiendo también que la oferta de frutas exóticas y tropicales sea mucho mayor durante estos meses. Los postres lácteos siguen atrayendo la atención del consumidor gracias a su diversidad, a las campañas de promoción y a su intento de asociarlos cada vez más a las propiedades beneficiosas para la salud.

Ante esta situación, las soluciones que se proponen desde estos analistas de Cajamar son diversas y con distintos plazos de ejecución. Entre las mismas cabe destacar:

► Una mayor organización del sector para evitar los excedentes que provocan el hundimiento de los precios.

► Campañas de promoción que recuperen la tradicional imagen positiva para la salud que tenía para las personas el consumo de cítricos.

► Mayor diversificación de la oferta varietal buscando diferentes sabores, colores y un calendario de producción más amplio y equilibrado.