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UPA Andalucía regala varios centenares de kilos de naranjas en Sevilla para denunciar la crisis de precios

Varios centenares de kilos de naranjas ha regalado hoy, 20 de febrero, UPA Andalucía en Sevilla para denunciar la crisis de precios que vive este sector.

En la presente campaña de cítricos en España, el contexto actual es el siguiente: a los agricultores españoles les cuesta 15 céntimos producir un kilo de naranjas. Sin embargo, la industria les paga por ese mismo kilo 10 céntimos con los que, obviamente, no consiguen cubrir ni siquiera los costes de producción. Posteriormente, vemos ese kilo de naranjas en los lineales de venta de los supermercados españoles a una media de 1,20 €, es decir, un 1.200% más caro de lo que el agricultor percibió por su producto.

El sector de los cítricos representó el pasado año en España sobre un 5% de la producción final agrícola, y el 8% en Andalucía. Además, la demanda de mano de obra en nuestra región ronda los 7 millones de jornales, de los cuales en torno a 4,5 millones corresponden a las labores de producción y el resto a centrales hortofrutícolas. La recolección ocupa en torno al 62% de los jornales dedicados a las labores de producción. Por tanto, resulta difícil entender que un sector tan importante para España y Andalucía, esté atravesando actualmente la grave situación de crisis de precios que UPA Andalucía ha puesto de manifiesto en el primer párrafo.

Para comprender qué está pasando y a qué se debe este desbarajuste en la cadena de valor, hay que resaltar varias razones:

  • La campaña ha sufrido un retraso este año debido a la climatología; además la tardanza en llegar el frío ha incentivado menos el consumo de una fruta que tanto se identifica con el invierno, como es la naranja.
  • Los acuerdos de la Unión Europea con países terceros como Sudáfrica, Turquía o Egipto, solapan la importación de naranjas procedentes de estos países con nuestra producción temprana de naranjas, lo que satura de oferta los mercados europeos.
  • Además, las naranjas de estos países terceros, entran con bajo arancel, y la UE no les exige cumplir con las garantías fitosanitarias, medioambientales y laborales a las que sí obliga con su normativa a sus países miembros. Por tanto, estas circunstancias permiten comercializar estas naranjas importadas a unos precios muy bajos, dando lugar a una competencia desleal frente a la que nuestros agricultores no pueden hacer nada, salvo malvender su producción, o directamente dejarla en el árbol sin recoger (pues la mano de obra para recolectarla es un coste añadido).
  • Por otro lado, dejando atrás esos inconvenientes coyunturales, también es cierto que, en una sociedad en la que queremos disponer de todos los alimentos en todo momento, es necesaria una reestructuración del sector. Ya no nos vale con disfrutar de naranjas de manera estacional y, para satisfacer al cliente, el mercado europeo acude a la importación de terceros países. Por ello, hay que buscar la manera de que España y Europa pueda abastecerse de producción citrícola propia la mayor parte del año.  Esto se puede conseguir, mayormente, a través de la reconversión de nuestro sector, con la introducción de otras variedades cítricas, pero para ello, son necesarias ayudas de la Administración y asesoramiento para los agricultores.
  • Finalmente, al igual que en casi todos los sectores agrícolas, hay un problema estructural en el que es necesario buscar una mayor vertebración del sector y fomento de la concentración de la oferta frente al reducido número de agentes de compra.

Principalmente, esta movilización quiere hacer llegar las reivindicaciones de este sector a las Administraciones, tanto Junta de Andalucía, Gobierno central como Comisión Europea, para pedir ayuda y apoyo a un sector agrícola tan importante, del que dependen los jornales de mucha gente y, por ende, la economía y la supervivencia de muchas zonas rurales.